Pedazos de mi

Me case estando embarazada de mi único novio "formal" de cuatro años... me casé ¿contenta? con un hombre que me amaba por sobre todas las cosas.. me case ¿enamorada? aunque con una rara incomodidad que me molestaba todo el tiempo... Me case para toda la vida, ¿segura? de que esa unión iba a ser eterna... Me case soñando con una vida maravillosa... Me case pensando que jugaba a la casita... Claro, todo esto lo puede pensar una niña de 19 años llena de ingenuidad y de esperanza..

Mi matrimonio comenzó no muy bien que digamos, la fastuosa fiesta de boda termino con un novio ahogado de licor y una novia completamente atónita y confundida.. mi amado principe se convirtió en sapo en un abrir y cerrar de ojos..

Puedes pensar.. y con justa razón que esto es ilógico ya que yo debería haberlo conocido muy bien antes de tomar una decisión tan importante como es el unirte en matrimonio a una persona pero.. la verdad es que no fue asi y te voy a explicar porque..

La imagen que yo tenía de mi novio era de un hombre intachable, bien portado, bien educado, honesto, congruente y sobre todo sin vicios... me trataba divinamente y siempre estaba al pendiente de mi; no hubiera cosa que yo le pudiera pedir que el no hiciera y siempre me reiteraba que su mayor anhelo era casarse conmigo lo mas pronto posible (aunque esa era una idea que estaba muy alejada de mis planes)...

Mis padres siempre fueron estrictos y exigentes conmigo, mi hora de llegada (cuando me llegaban a dejar salir) debía de ser a las 9 de la noche.. ni un minuto mas, asi que mi respetuoso novio me dejaba siempre puntual a esa hora en mi casa..

Podrá sonar muy tonto pero en los 4 años que duramos de novios nunca me enteré que tomaba casi todos los días, después... ya estando casados, me enteré que siempre que me dejaba en mi casa sus amigos lo estaban esperando para irse de parranda, el sabía que yo odiaba la bebida y por este motivo jamás tomaba delante de mi... ya se podrán imaginar la cara de sorpresa que puse cuando lo vi completamente borracho por primera vez el día de mi boda...

Como toda buena mujer y esposa traté de justificarlo... fueron los nervios, fue la emoción.. no pasa nada, esto jamás volvera a ocurrir pero dentro de mi crecía esa horrible incomodidad que me gritaba que algo estaba mal... que saliera corriendo.. que me fuera de ahí...

Cuando regresamos de luna de miel nos fuimos a vivir a otra ciudad para que el terminara su carrera profesional... claro que yo tendría que sacrificar por un tiempo la mía porque no teníamos tanto dinero y además debía hacerme cargo primero de mi embarazo y posteriormente de mi bebé... eso es lo que hacen todas las buenas esposas ¿que no??..

Además estaba ¿contenta? ya que mi esposo no había tomado una sola gota de alcohol y seguí siendo el hombre bueno y atento que conocí... es verdad que ya no era tan cariñoso pero eso también es normal ¿que no??

Terminó su carrera y regresamos a nuestra ciudad de origen... a partir de ahí las cosas cambiaron drásticamente, el se la pasaba trabajando o con sus amigos, se acabó el tiempo de compartir entre nosotros, se olvidó por completo de mi y de nuestro bebé.. mis padres se fueron a vivir a otro estado y mis amigos tenían su vida, ninguno estaba casado y menos tenían la responsabilidad de un hijo... me vi sola.. completamente sola... sin vida propia, sin futuro, sin esperanzas..

Mi matrominio cada día fue peor, mi seguridad y amor propio se desplomó... ¿que paso?.. ¿como llegue aquí?... ¿como fue que mi perfecta vida termino en esto??

Hace mucho tiempo de todo esto y ahora al escribir me di cuenta de lo indefensa y confundida que me sentía en ese entonces... fue un largo camino... he tenido una vida llena de emociones, sentimientos y experiencias...

Realmente amo la vida que me tocó vivir... ahora mi vida esta llena de amor y de felicidad.. que lejos quedaron esos días de insatisfacción e infelicidad... que lejos quedo la niña que creía que su felicidad dependía de otra persona..

Ya les seguiré contando pedazos de mi historia..

Publicado por: Atenea