jueves, 13 de agosto de 2009

Honor a quien honor merece

Hoy quiero compartirles algo del Sr. Luis Gimeno, ayer tuve el gusto de escuchar una entrevista que le hicieron y quedé completamente enamorada de su filosofia, de su alegría y su amor por la vida... Que señor, que maravilla coincidir con personas como el en este planeta... Tuve la gran oportunidad de verlo actuar en la obra "Los árboles mueren de pie" al lado de la gran actriz Ofelia Guilmain y me impresionó con su trabajo actoral pero lo de ayer revazó con mucho mi admiración por el.

Entre las cosas que les voy a compartir mas abajo el comentaba que se consideraba un hombre feliz y realizado ya que en su vida había hecho todo lo que quiso hacer sin quedarse nada.. como estudiar 5 carreras y dedicarse a diversas cosas dentro de su profesión, comentó que la clave para tener un matrimonio feliz como el que el tiene es el amor y el respeto y que la formula para ser un hombre dichoso ahora a sus 83 años es no tomarse la vida en serio ni hacer una tragedia de cada acontecimiento ya que la vida le ha enseñado que todo tiene solución si se tiene paciencia y voluntad.

Comentó que se siente muy afortunado y orgulloso de su familia, la cual consta de 5 hijos, 14 nietos y 3 bisnietos ya que todos son personas de bien, honestos y honrados... incluyendo el que es policía.. bromeo divertido para las cámaras..

Le preguntaron que cual sería el consejo que podría darles a las nuevas generaciones y el comentó lo siguiente... Estudia, preparate.. aunque sientas que no hay oportunidades para ti y que las cosas van mal no hagas caso sigue adelante que tarde o temprano las condiciones propicias se daran..

¿No les parece que tenemos mucho que aprender de alguien asi?

Les comparto esta pequeña reseña...

“Toda mi vida he estado relacionado con los escenarios. Nací en medio de una ópera donde trabajaban mis padres. Lo primero que hice sobre un escenario fue barrer; de ahí le hice de utilero, trabajé en la producción y de actor” recuerda.
Como él mismo reconoce, “la vida lo va llevando a uno”, y precisamente por ése ir y venir es que actualmente es uno de los mejores actores que México vio crecer desde que formó parte de la primera generación de arte teatral del INBA, en la que compartió aula junto a grandes actores, como Silvia Pinal, Ignacio López Tarso y Enrique Ruedas, entre otros.
“Es una gran satisfacción ser parte de esta generación, pues muchos no sabíamos por qué estudiamos teatro. Yo lo hice porque en la escuela había una muchacha que me gustaba mucho (Virginia Gutiérrez), y hoy llevo 58 años de casado con ella, es una mujer maravillosa. Me ha aguantado todo este tiempo, le cuento chistes y se le quita el mal humor”
A su carrera se le pueden atribuir un sin número de obras de teatro, novelas y programas de radio y televisión, aunque curiosamente se le recuerda por ser la imagen de un detergente durante una década, hecho que rememora con gran alegría, a pesar de que “no quería participar en el comercial, por eso les pedí mucho dinero y pensé que me iban a decir no, pero aceptaron y no tuve más remedio que hacerlo”.
Sin embargo, no sólo se ha desempeñado como actor, también fue profesor de música y teatro, gestor sindical de la ANDA y gran propulsor del arte dramático en México.
Mucho queda del artista que debutó por primera vez en el Palacio de Bellas Artes, con la obra “Montserrat”, sobre todo, su “calidad humana”, aseguran quienes lo conocen. Esa es su mayor cualidad.
Don Luis Gimeno ha hecho lo que ha querido y vivido a su manera, por lo que se declara “feliz con el proceso que ha llevado mi vida, en el que he tenido grandes satisfacciones, sobre todo ahora que a mis más de ochenta años he recibido el premio de las artes, fui invitado a trabajar en la obra “Visitando al señor Green” y todavía estoy aquí y de píe; ojalá que pueda seguir un tiempo más”.
Hoy, detrás de esa tierna mirada, enmarcada de esas pequeñas líneas que llegan con el tiempo, se esconde un hombre lleno de experiencia, talento y amor por la vida, que no se arrepiente de lo vivido por lo que “si volviera a nacer y tuviera que hacer lo mismo, lo mismo haría”, dejando de nueva cuenta el eco de su talento y el susurro de su sonrisa dentro de los teatros mexicanos, donde gran parte de su vida se entregó al público que de pie le aplaude, reconociéndole como sólo a los grandes se les puede reconocer.



Honor a quien honor merece... Un aplauso de pie para usted

Atenea




1 comentario:

Escalante dijo...

Ánimo en esta empresa...!!!